Eclipsas los albores
que intenta la Aurora,
porque estas enlazada
a un rastro de estrellas.
Oscilas titilante
al vaivén de su brillo,
dejándonos un halo
de serena presencia.
Las luces no se atreven
a irrumpir en tu almohada,
temerosas, acaso,
de arrebatar tu sueño..
Yaces toda desnuda
como un cuadro de Rubens,
para enmarcar su sala
del Museo del Prado.
Aquilato en silencio
tu hermosura redonda
y a la Diosa Fortuna
por traérmela toda.