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Yo le pongo a tu verso itinerante
fraguado entre las luces del mil puertos
un rumbo de emociones y desiertos
para ceñir tu frente de almirante.

Un raro sortilegio. Trashumante
vislumbra unos bajeles, fríos, yertos
y una brisa cernida de conciertos
se torna de apacible, en exultante.

Hay buena mar, tu inspiración senera
deja en la estela grácil petenera
que se rompe en las rocas a “crujíos”

Y de la playa emerge ¡recio nombre!
Santi Serrano, deja que me asombre
Por tu escuadra de sueños y navíos…

 

“Y nos iremos muerte con la marea baja”
y nos iremos ,digo, ligeros de equipaje,
y raudas las gaviotas sin gritos ni mortaja
anunciaran sonoras la levedad del viaje…

Manolo Franco, Quito Sept. 17,  2012

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