Saltar al contenido

Poema Rosa de los Tiempos

Llegó en la Primavera
con los débiles rayos,
las aves tempraneras
y los brotes primeros.

Era la flor sencilla,
aún adolescente,
que entreabría sus pétalos
temblorosos, ligeros.

Creía en los cuentos
de hadas primorosas,
que atraviesan los bosques
entre lánguidas brisas.

Llevaba todo el aire 
de criatura tierna
que buscaba un halago
para su mente fértil.

Acaso despertaba
de un sueño primero,
que no tiene sustrato
porque nada ha vivido.

Que hallazgo, que fortuna
en mi camino, entonces,
cuando todo era cierto
allá…en la lontananza.

Llegaba sonriente
como cada quimera,
que aspira lo imposible
porque " el antes" no existe.

Así nos conocimos
por solo unas horas
y pasaría Tiempo
hasta volver a vernos.

Entonces es Verano
cuando el sol más aprieta,
se inflaman las pasiones
y los músculos tensan.

Fructifican promesas,
se rompen las distancias
y las pieles se juntan
buscando efervescencias.

Los besos se acumulan,
los juegos proliferan
y ante tanto entusiasmo
los cuerpos se dilatan.

Así llegan los hijos,
entre un estío y otro,
repasando lecciones
de amor bien aprendidas.

Las mieses recolectan,
las vides desparraman
y todo el campo es fruto
de la vida que avanza!

Más, las hojas se caen
y los colores cambian,
nos llegan nuevos vientos
desde otros Horizontes.

Atendemos, dichosos,
el canto de sirenas
que envía el océano
desde sus costas regias.

Allí estará el nido
entre las rocas bravas,
cerca de las gaviotas
dominando la playa.

Viene y van las olas
con su fragor de siglos,
ribeteando la arena
con sus espumas blancas.

Es el Otoño ansiado
con levedad en todo,
cuando el sol acaricia
y los paseos cantan.

Estación de crepúsculos
de rojo incandescente,
cuando los astros salen
despacio, reverentes!

Acá llegan los nietos
a corretear arenas,
salpicando con risas
a las mareas altas.

Es plenitud de dicha,
de trabajo cumplido,
de descanso seguro
tras tantos avatares.

Pero el Tiempo envejece
con conatos de frío,
que nos trae el Invierno
que reclama la lumbre.

Ese rescoldo lento,
que aún nos da cobijo
y habrá de protegernos
quizás… hasta otros días?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *