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Por Tierras de Salamanca

Realmente habría que haberlo titulado por tierras de media España, pues los 900 kilómetros que median entre Málaga y La Alberca, en la provincia de Salamanca, supuso optar por la ruta más larga, vía Granada, Jaén, La Mancha camino hacia Madrid, provincias de Segovia y algo de Avila, para desviándose en Salamanca capital llegar a destino. Paisajes que nos recordaron los periplos de los años sesenta y setenta, trayendo el recuerdo de tantas vivencias de entonces. Paisaje acicalado por las nieves que casi no han dejado de caer este invierno y que de cumplirse el refranero: año de nieves año de bienes prometen días mejores. Ha sido pasar de un océano de olivos que es Jaén, a otro de viñas que es La Mancha, para luego rodear ese mar de edificaciones que es Madrid y ascender a la alta Castilla. Nieve que sobre los pastos hacía que las eralas del campo salmantino, el campo charro, añoren la primavera, cuando, como dijo el poeta, ¨sueñan veronicas de alelí ¨ . Hay que ver que extensión tienen las dehesas de reses bravas y que afortunados son sus propietarios ! No lejos esta Vitigudino el pueblo de ese gran maestro Santiago Martín El Viti y por cualquier lado todo es taurino. Así es como, cuando visitamos Ciudad Rodrigo ya preparaban barreras y burladeros en su plaza mayor, pues allí se celebra el Carnaval, claro, pero se llama El Carnaval del Toro. Preciosa ciudad amurallada que no había conocido, testigo de todas las conquistas y reconquistas, fruto de contiendas guerreras con el vecino Portugal que dista apenas 30 kilómetros. Visitando la misma Alberca donde nos alejamos las cuatro noches y  pueblos de los alrededores, declarados todos Monumento Nacional, se tiene la impresión, al menos momentánea, de que el tiempo allí se ha detenido. Se ha detenido en cada piedra milenaria, en cada quicio de las puertas, casi siempre cerradas, pero que si se entreabren nos muestran el calor de la lumbre que alimentan los troncos de encinas que llegaron a ser centenarias. Encinas cuyas bellotas permiten al cerdo ibérico alumbrar esa magia  que es el jamón serrano y que por esas tierras presume de merecida fama. Ya solo por el hecho de juntar en el paladar y el gaznate  los caldos de vetustos vinos con el manjar del jamón: se han justificado con creces los kilómetros recorridos. Amén del queso manchego de Tembleque que compró Pilar y me las prometo felices para el aperitivo. A ver si de tanto salivar con estas experiencias gastronómicas acabo por dar por finalizado el relato así de improviso. Pero no sin antes rememorar el paseo de senderismo que hicimos a la laguna de San Marcos, a la mañana siguiente de una nevada generosa, que nos dejó a los del Sur con la certeza de que estábamos en el Norte. Cuan grato caminar con el fresquito y no bajo la  ¨solanera ¨ que representa cualquier actividad en nuestros lares. Como tampoco puedo omitir la visita al Monasterio San José de los carmelitas descalzos, en el valle de Las Batuecas, donde, sobre unos azulejos leo   ¨ aquí  reina el silencio….origen de todos los sonidos ¨. La verdad es que si llegas a ir solo, es casi como para tomar los hábitos y alejarse del mundanal ruido. Y aquí entra fray Luis de León con su aula en la Universidad de Salamanca, donde fuimos todos adelante estas frases: impulsadas más por el corazón que por la mente. El corazón que sigue aguantando a pesar de los pesares y que ahora os envía a todos, un abrazo muy fuerte.

Con la esperanza  de que NO sea cierto aquello de …lo que natura no da Salamanca no lo presta.  Aún cuando, a estas alturas de la vida ya poco nos puede prestar a neuronas tan desgastadas que apenas si pueden sacaradelante unas frases.

Oct/2000

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