Bien quisiera fuera Sinfonía
un poema sinfónico, digamos
transformando las palabras mías,
en notas del fraseo musical.
Todo el solfeo como abecedario
con la grandeza de las notas bellas,
de los Clásicos, los Románticos,
los Modernos, llevándonos a un paraíso orquestal.
Poder llenar de bemoles la pizarra
ascender las escalas musicales,
con la sabia dirección de una batuta
que marcara los “tempos”: Majestuoso,
Largeto, Andante Presto, desde un atril inmaterial.
La poesía hecha música, tantas veces,
pero el reto ,realmente, es el contrario:
escribir poesía a partir de la música.
Cuales son las palabras que traducen
el ímpetu de Bethoven, la fantasía de Mozart?
Cuales los compases en los sustantivos?
Y como el “do sostenido” en los verbos?
Solo cabe liberar el corazón del pecho
buscando, jubilosos la armonía!