Cuan atrás han quedado mis Molinos de Viento,
Don Quijote Y Sancho ya no van cabalgando,
tampoco se avecina ninguna Dulcinea
y el aire que respiro es aire de vacío.
El hierro de esta lanza esta todo partido,
el alma de mi espada ha sido atravesada,
no se encuentran siquiera las huellas del camino
bajo el polvo que yace, silente, del olvido.