Tus besos se quedaron
en mi memoria
y siempre me despierto
soñando auroras.
Auroras que muy pronto
se desvanecen,
con los primeros rayos
del sol naciente.
Un sol que se columpia
en el horizonte,
para dejarme claro
donde te esconde.
Si, acaso, las mareas
participaran
traerían de vuelta
hasta tu nombre.
Pero tus besos, niña,
para tus besos:
me confirman las olas
que no hay regresos!