Más allá de los prados
soñaba en veleidades
que por arte de magia
saltaban por los aires.
Pero siempre insistía
en alcanzar alturas
ascendiendo ,seguro,
hasta tocar sus manos !
Aquella piel soñada
que presta jugueteaba
con las teclas de un piano,
imaginario y cálido.
Desbordadas las notas:
trazaban arabescos
salpicados de tonos
en todas las escalas!
Melodías ,capitanas ,
de mis fantasías
que no acallaban, nunca,
seductoras ,perenes.
Y desde allí avistábamos
eternas primaveras,
paisajes con celajes
de índole serena.
Tallados con los besos
que mis labios dejaban
esas tardes : de entonces
cuando nadie lloraba.
Mas hoy, aquellas horas
se juntan ,afligidas,
al ver que los ocasos:
ensayan los abrazos
retratan despedidas !