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Carnaval de la vida

cuantas vueltas has dado,

ya suenan tus compases

para hacernos girar.

El disfraz, un pretexto

para seguir bailando.

La máscara , un estorbo

para poder beber.

Por eso hay quien lleva

el antifaz anónimo,

que permite los besos

y el vino a flor de piel.

Carnestolendas, fiesta

profana cual ninguna,

terminas con  entierro

ritual de la sardina.

Sin embargo, ya espera

piadosa la ceniza

y habrá quien recupere

su vida más formal.

Muchas huellas nos dejas

tras todos estos años,

tantas risas y voces

entre dulzor y hiel.

Más seguimos girando

como nuestro planeta

y aun cuando “Cóndor Pasa”

la alegría no se va!

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