Artista de la calle
me pides una letra
para con tu guitarra
convertirla en canción.
La balada soñada
que te hiciera famoso,
te aparte de la acera
donde hoy sueles cantar.
Hermano, que no daría
por cumplir tus afanes,
mas la canción de mi vida
lleva muchos años ya.
Trae tantos altibajos
cual notas el pentagrama,
desde un “Do sostenido”
hasta un muy hiriente “Si”.
Funambulismo puro
desafiando alturas,
donde el alma pretendía
instalarse, ya, sin más.
Una caída tras otra,
un levantarse de nuevo,
para volver al alambre
que no deja de oscilar.
“Tú quisieras una alondra
que venga y vaya con mimo,
con susurros, con caricias,
siempre dispuesta a besar”.
La realidad: muy distinta,
con más espinas que frutos
y nos deja estas líneas
que no sirven para amar,