Añorada adolescencia cierta
que se enamoraba de aquellos imposibles,
sin ver obstáculos ni complicaciones
para tantos amoríos perecibles.
Lo importante era estar prendado
de nos ojos, unos gestos, unas puertas,
aun cuando tras de ellas solo hubiera
silencios y falsedades encubiertas.
Porque por entonces la palabra ADN
no existía en el léxico corriente,
muchos creíamos que si insistiendo
conquistaríamos el beso más ardiente.
Pero qué va!
Esta la Biología,
con sus misteriosas células de estrías
y los estudiantes poco desciframos
esos ADNS que eran prismas de mentiras !