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Hispano-Árabe, corcel, hijo del viento,

tránsfuga etéreo del Soplo Divino,

llevas las crines que tejió el Destino

con alamares de su firmamento.

                                 

Desde Granada reino de los oros

hasta América allende los mares,

no han podido superarse los andares

del caballo andaluz frente a los toros.

 

Regio de estampa, aire pinturero,

del rejoneo has hecho maravilla,

crisol de arte en un solo envite.

 

Y como acompaña al caballero

en esa Maestranza de Sevilla,

poniéndole “duende” a cada quite.        Sevilla 1991

                                              .                             

Caballo Criollo.

Caballo criollo, enjuto y castigado

por todos los vientos de los Andes,

tienes la fuerza de los seres grandes

que enfrentan su destino con agrado.

 

Marcas el paso con retintineo

de herrajes cantarinos y chispeantes,

llevando el compás de los Danzantes

que buscan afanosos el deseo.

 

Cuando la madrugada se vislumbra

apenas emergiendo entre las lomas,

das al bocado mordiscos impacientes.

 

Comprendes que el jinete no columbra,

que debes guiarle entre las sombras,

honrando tu estirpe de valientes.

Quito 1992

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