La conmemoración del centenario de la creación por Don Manuel de Falla de la partitura de su ópera Vida Breve, da lugar a poder relacionar el discurrir del tiempo con música y poesía. A mucha distancia de la música, que es el arte por excelencia, la poesía incide en uno de sus aspectos capitales y que no es otro que el tempo. La métrica de los versos es la manifestación musical de la poesía. La que da musicalidad al poema, independientemente de que puedan o no conllevar rima. Porque la rima por si misma no es nada y hasta puede rozar el ridículo. En tanto que: si un poema establece sus sensibilidad dentro de una misma métrica, poca o ninguna falta le hace que rime. Realmente, la rima no puede ser forzada en lo más mínimo y si brota: surge por si misma y no traida a la fuerza. Jamás. Porque los versos, en eso si, igual que las notas del pentagrama, vienen cuando vienen y como vienen. Y si así han venido: así tienen que ser!! Claro que el músico retocará algunas de sus notas, faltaría más, pero la fuerza y el sentido de la melodía sale de su cerebro tal cual. Y aún cuando la Vida Breve es una obra de juventud, sin embargo, ha dejado huella con el paso del tiempo. Y cuanta! Realmente, dos huellas. La de la armonía de sus acordes en sí y la del impacto de su nombre: Vida Breve. Con él ha entrado Don Manuel de Falla en la posteridad, acaso con más fuerza que por el de otras de sus mejores obras.
Como "El Amor Brujo", "Noches en los Jardines de España" o "Atlántida". Si. Todo será. Claro. Pero nada ni nadie puede negar la brevedad que tiene la vida! De todos los refranes, decires y hasta sentencias, ninguna tan relevante como aquella de:
"A Vivir que son Dos Días". Y por eso resulta extremadamente difícil escuchar esta obra y no empezar a retrotear con la mente nuestro paso por los depseñaderos vertiginosos a los que insiste en traernos el tiempo y por los que nos desbarranca sin contemplaciones. Acudimos buscando consuelo a una nota, un verso. Tratamos de asirnos a un "tempo lento" frente a la perspectiva de un "allegro molto vivace".
Pero la batuta no acierta, claudica. Como claudica esta estrofa.
"Y acaso existe la nota más postrera,
la que cierra el ciclo de la vida?
Quizás se refugia esperanzada
en un atril, donde sonar indefinida?"
Por decirlo, dicho está. Pero con la certeza absoluta que se queda en eso. En un querer y no poder. En un afán irresuelto. En un brindis al sol! La vida es breve, si Don Manuel. usted lo intuía ya de jovencito y lo plasma sin titubeos en su primera composición. Con ella a todos nos queda claro que una semana es un dia y un dia un minuto. Aún cuando haya pasado un Siglo!!! De allí que este poemario se titule RAPSODIA DE LA VIDA BREVE
Estepona, Julio 2013