Andalucía,
decir tú nombre
es ya tocar el cielo.
El firmamento
de unas tierras bendecidas.
Decenas de años
de beber tus fuentes,
tus enseñanzas
que no pocas veces
atesoraron, desbordantes, mi
intelecto.
Tampoco alcanza el corazón
a dar cabida
a todo lo que llevan
tus entrañas,
sabiduría, ancestros legendarios,
cáliz ungido por filosofías.
Civilizaciones que dejaron rastro
de entereza,
valentía
y un áurea de belleza.
Beso tu tierra
de hinojos, siempre,
porque el altar
de tu presencia, cierta,
colma el anhelo
de sentirse parte
de la grandeza
de tu mano abierta.
Ese es el culmen
de tu jerarquía,
la dispensa sin límites
de afectos.
Participando, todos,
al unísono
del despliegue de esta trilogía
Magnimidad, Alcurnia y Señorío!
Solo entonces se concibe
Andalucía.
Dame un abrazo, final,
para sentir una vez más
todo el embrujo
que encierran esos rasgueos
de guitarra.
Ellos dejan cicatrices en el alma
por notas ,agraciadas,
con la primera luz
de madrugadas.