Ondina, genuina, de todos los mares quien tuviera la magia de unos versos,
orlados de corales, ribetes de espuma
para seguir, amante, las corrientes
que te han llevado a todos los lugares.
Fundirse con los vientos, al abordaje
de unas costas distantes y pérdidas
donde no se hallen las heridas
que me ha dejado esta vida navegante.
Bogar contigo, pupila de las aguas
surcando olas de azul reverberante
que han fundido los celos, del instante
en que creía habrías sido mía
Pero la realidad es otra, irreversible,
no encuentro el rumbo de la estela tuya.
Quédome náufrago, sin esperanza alguna
de hallar la magia de tu poesía.