Corta un iris, azul,
entre un cendal de nubes
que parecen no tener destino.
Y sin embargo el trazo penetrante
quiere mostrar que hay otra perspectiva.
De esa estoy hecho yo?
O es solo una ilusión cromática
que turba mi vista declinante.
Pues si belleza busca la materia
habrá de hallarla en las alturas,
donde moran todas las Deidades
y el se sol afana en encender milagros.
Allí Cupido recogió sus dardos
que tantos corazones padecieron
con el soplo del amor ambivalente:
que, aún cuando trae fuego reverente
también nos deja un rastro de veneno.
Esa pócima letal que nos persigue
más allá de las lindes de la vida.
Porque amar es un arte infinito:
que se reinventa, pero no se olvida!