Amanece ya el día
en que habrás de ausentarte,
un aire de tragedia
se palpa y nos circunda.
Temblorosos los labios
cautivos de besarte,
bajo cientos de estrellas,
parpadeando, distantes,
iluminando en la playa
un vestigio de lágrimas.
Amanece ya el día
en que habrás de ausentarte,
un aire de tragedia
se palpa y nos circunda.
Temblorosos los labios
cautivos de besarte,
bajo cientos de estrellas,
parpadeando, distantes,
iluminando en la playa
un vestigio de lágrimas.