Bogando entre dos mares
nuestro amor permanece,
mimado por las olas
que vienen y se van.
Algunas son Atlánticas,
las más Mediterráneas,
pero todas transmiten
el deseo de amar.
Los besos enrumbados
por vientos de Levante
se llegan hacia Cádiz
pletóricos de fe.
Luego vuelven, exhaustos,
de esas costas distantes,
con el viento Poniente
que los trae hasta aquí.
Renovados afectos
los esperan, ardientes,
para estrechar los lazos
de volver a querer.
Cuando diluye el Alba
estrellas de los mares
dejamos en la playa
ofrendas de pasión.
Los cuerpos retratados
sus formas en la arena,
arrullos y caricias
dispersas por doquier.
Entonces desde el agua
te llaman las sirenas
que llegan a la orilla
formando un Corazón.
Sumergirnos a una
y sentir la presencia
de peces entre espumas
nadando a la par.
Te llena la certeza
que los mares perduran
y en ellos continuamos
Enamorándonos!