Saltar al contenido

“ La vida se me va… 
dila que vuelva”,
repíteme mi madre quedamente.
“Allí debe de estar como aguardándome
a ver si las fuerzas me sostienen.”
Yo asisto enmudecido y expectante
a este tira y afloja con la muerte,
retengo el aliento anonadado
queriendo atar al tiempo inexorable.
Buceando en todo el curso de su vida
rememoro mi infancia a su lado,
cabalgo en su sonrisa y su mirada
que supo acompañarme protectora.
En donde se quedaron tantos goces ?
Y como hemos llegado a este punto ? 
A que hora se pasaron noventa años ?
Que grande desamparo rige ahora.

Quito,  Marzo 2005

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *