Niña de Colorado
como la nieve,
de la montaña bajas
hilillo breve.
Hilillo de agua clara
y cantarina,
desde las altas cumbres
viene ésta niña.
Allá cerca del cielo
su rostro yace.
Del resplandor eterno
su nombre nace.
El fulgor de sus ojos
va derritiendo
los blancos copos, suaves,
que van cediendo.
Ay niña de Colorado
vas palpitando,
junto a tu pecho el mío
regocijando.
Denver/ Julio 2/2001.