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Verso nómada, cursor del movimiento,

sabedor de mil y un encrucijadas,

que arañas en el polvo débil huella

mostrando vacilante tu quebranto.

 

Donde ha ido, donde fué, donde ha quedado

el arroyo presuroso de tus rimas ?

Quien ha visto pasar entre las sombras

esa tono fugáz de desencanto ?

 

Igual que el resto de deidades

que fueron en su día primorosas,

y hoy, sin esperanza, se debaten

marchitas por estíos y deshielos.

 

Sensación de fracaso e infortunio,

claudicación total ante el Destino,

que no quiso dejar imperturbables

los arpegios más sonoros de tu canto.

 

Pero habrás de seguir inexorable

como el tiempo que te lleva y que te mata,

al final de la vida no te queda

más que el agrio sabor que deja el llanto.

Estepona Dic./99

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